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Mi Viaje a Nueva York 0

Las mejores playas de Nueva York

Por Mariagrazia De Luca

deluca.marymary@gmail.com

Les pedí a varios amigos neoyorquinos que me revelaran cuáles son sus playas más queridas. La siguiente lista es el resultado.

Coney Island

¿Bañarse en el Océano Atlántico con la bulla de las personas que gritan sobre la montaña rusa del Luna Park de Coney Island? Yo lo he hecho y créanme, es tan hilarante que se olvidarán de que están tomando un baño en un mar donde no se ve el fondo, poblado de algas (demasiadas) que les estimulan los pies. Ese sábado, la playa estaba particularmente llena de gente, y yo había organizado mi toalla a unos veinte metros de la orilla, dándome cuenta de pura casualidad y con gran susto, que cerca de mi “location” había muchos pedazos de botellas de cerveza Corona… En definitiva, la playa de Coney Island no está limpia, pero con un poco de previsión eso no se vuelve un problema. Una vez entré en el agua helada del océano, me puse a jugar con las olas.

Una vez salí del mar, decidí irme a secar en el Ciclone, una de las montañas rusas de madera más antiguas de Estados Unidos. ¿Son del tipo de personas aventureras que gustan de las situaciones de adrenalina? Sin duda, el Ciclone será lo mejor para ustedes. Si sobreviven a la primera subida lenta del Ciclone (les aconsejo que no se concentren en el crujido de la estructura de madera y que no piensen en el inevitable descenso estrepitoso que les espera dentro de poco), la suerte está echada: por los próximos pocos minutos no pensarán en nada más que en gritar…y si logran poner aparte el miedo, ¡tendrán la impresión de volar!

Coney Island tiene mucha historia, caracterizada por momentos de oro y de decadencia. Durante la llamada “Hotel Era”, a principios de los años 1800 era frecuentada por ricos vacacionistas que llegaban desde la ciudad con carrozas tiradas por caballos, lo que les tomaba media jornada de viaje. Una vez en 1840 se instituyó el ferry, también la middle class inició también a frecuentar las playas de Coney Island. Claramente, este movimiento de gente y de dinero atrajo a los gánster de Nueva York que establecieron en Coney Island un centro para sus actividades ilegales. A partir de los años 50, a raíz de la llegada del automóvil, muchos vacacionistas iniciaron a moverse hacia las playas más limpias y menos llenas de gente de Long Island, y así inició para Coney Island, un largo período de decadencia…

Hoy en la playa de Coney Island encontrarán una variedad de personajes sorprendente: es la playa de los neoyorquinos, de la clase más popular, que generalmente no tienen auto para moverse hasta las playas no contaminadas, lejanas de la ciudad. Para llegar a Coney Island, súbanse al metro, escuchen música y olvídense del tiempo. Dependiendo del lugar de Manhattan desde donde salgan, puede tomar desde una media hora hasta una hora y media para llegar. Consejo práctico: Lleven una chaqueta, el aire acondicionado a veces es muy fuerte y después de un día bajo el sol, puede ser letal.

Desde 1983, cada inicio del verano, Coney Island alberga uno de los parade más excéntricos de Nueva York: the Marmaid Parade, una procesión de “sea-people”.

Si tienen la oportunidad de escoger, vayan a Coney Island el viernes, ya que hasta el 2 de septiembre, habrá fuegos pirotécnicos cada Friday night. La mejor ubicación para disfrutarlos: en la caminata o en la playa, está a la altura entre West 10th Street y West 15th Street.

El acuario de Coney Island (que actualmente están ampliando) es merecedor de una visita. Además de admirar a los tiburones y razas gigantes, vale la pena asistir al espectáculo gratuito en el Aquatheater, donde un león marino domesticado y muy tierno los hará reír, los dejará con la boca abierta por lo maravilloso y también los conmoverá. Yo, personalmente, después de haber asistido a este espectáculo, pensé en poner en tela de juicio la teoría que dice que el perro es el mejor amigo del hombre.

Cómo se llega: Tomen la línea D, Q, N o F a Stillwell Avenue.

Brighton Beach

En Brighton Beach pueden probar la pizza con vodka, el bizcocho hecho al estilo ruso y muchas otras especialidades provenientes de Rusia y de Europa del Este. Seguí algunas paradas adelante y ¿me bajé en Moscú? Me hice esta pregunta apenas bajé del metro en el barrio Brighton Beach. Pero el ver la inmensa playa frente a mis ojos me hizo poner los pies en la tierra: increíble pero cierto, ¡aún me encuentro en Nueva York! No de balde este vecindario es conocido como la Little Odessa, porque sobre todo, después de la caída de la URSS, un número significativo de inmigrantes provenientes de Europa del este vino a vivir aquí, uniéndose a muchos otros hablantes de ruso, que ya habían llegado a principios de siglo. A Taste of Russia es un pequeño supermercado ruso que hay que visitar, donde se tiene la oportunidad de hacer experiencias culinarias únicas: el Napoleon cake, diferentes tipos de caramelos rusos extravagantes y el Pirozhki, una cierta clase de croqueta hecha de patatas, carne, frijoles verdes, repollo, o también la versión dulce con sabor de manzana o de cerezas, recubierta de azúcar glass. O también, hay que probar otros tipos de Street food, tipo una “empanada” de estilo asiático, rellena de carne y cebolla.

Brighton Beach, aunque hoy en día es un barrio bastante seguro, a mediados de los años 70, era la sede de la temida Potato Bog Gang, la mafia rusa. El nombre de la banda viene del hecho de que sus hombres tenían el hábito de hacerse pasar por comerciantes, que fingían vender antiguos rublos de oro y engañaban con sacos de patatas a los ingenuos compradores.

Estuve también una vez en Brighton Beach  en invierno. Fue como hacer un viaje fuera del tiempo. En las bancas del paseo que separa la playa de la calle, había sobre todo parejas de ancianos, envueltos en sus capas pesadas y largas, alguno caminaba lentamente, y algunos pocos hacían jogging en la playa. Hacía un frío que no tenía nada qué envidiarle al invierno ruso, soplaba un viento helado y el océano era de un color metálico amenazante. Cuando regresé durante el verano, no me parecía estar en el mismo lugar: una playa soleada, llena de turistas y de jóvenes. Recuerdo, sin embargo, cómo en aquél día invernal en la playa de Brighton Beach sentí una nostalgia increíble por New York City. Me sentía a años luz de distancia, sin embargo me encontraba a menos de una hora en metro de Manhattan.

Cómo se llega: Subway Q, B hasta Brighton Beach.

Coney Island es una de las “barrier islands” que pertenecen a Long Island y New York City. Son islas que dividen la laguna al sur de Long Island del Océano Atlántico. Entre las otras barrier island (Long Beach Barrier Island, Island Park, Jones Beach Island, Fire Island, Westhampton Island) dos parecen ser el destino preferido de los neoyorquinos: Jones Beach y Fire Island.

Jones Beach Island

Acabo de descubrir que el 28 de julio la reina del Rock Joan Jett, una carismática mujer de sesenta años llena de energía sin límites, que cantaba “I love rock’n’roll” en los años 80, que se viste hoy como ayer en trajes ajustados de cuero negro, dio un concierto el Theatre de Jones Beach.

https://www.youtube.com/watch?v=xL5spALs-eA

Los precios son más bien altos, de los 60 dólares en adelante, pero se puede disfrutar de un día en el mar junto a un legendario concierto de rock. Si no pueden permitírselo, pueden igualmente “retirarse” a una de las numerosas noches musicales que organizan en la playa.

Una playa de arena blanca que se extiende por más de 10 kilómetros, parece ser el lugar ideal para toda la familia. Entre las muchas actividades que se pueden hacer en Jones Beach, además de nadar, pescar, jugar baloncesto y minigolf, hay también otras menos comunes como beer pong match y, obviamente, mucho surfing. Jones Beach es un punto perfecto para observar la naturaleza y animales en extinción. De hecho, en el Theodore Roosevelt Nature Center, perfecto para adultos y niños, pueden explorar la flora y la fauna salvaje de Jones Beach. Tendrán la posibilidad de estar en contacto con animales que no se encuentran en otro lugar, por ejemplo el horsseshoe crab, que no todos conocen. La primera vez que vi uno, que salió a la playa después de la marea, no les niego que me daba mucho susto: parecía un casco y tenía una cola puntiaguda que me hacía pensar que era un animal muy feroz, o peor aún, un alien (¡los horseshoe crabs tienen la sangre azul!). En realidad los horseshoe crabs parecen ser animales inofensivos y hay de todos los tamaños: pequeños como para caber en la palma de la mano y tan grandes como de medio metro. También descubrí que son animales antiquísimos, pues los primeros fósiles datan de hace unos 450 millones de años. ¡Todo mi respeto hacia los horseshoe crabs prehistóricos! Podrán encontrarlos en cualquier playa neoyorquina no tan concurrida.

El birdwatching (observación de aves) es otra actividad que podrán practicar en Jones Beach Island Park. Lleven sus binóculos y busquen diferentes tipos de gaviotas, gansos, skimmer (pico americano), aguiluchos reales, halcones, chorlitos y muchos más.

A la entrada de Jones Beach les parecerá que han llegado a Venecia, una vez hayan visto la torre del campanario de San Marcos… (en realidad es una “water tower” creada a semejanza de esa obra de arte).

Cómo llegar: Tomando el tren L.I.R.R. desde Penn Station hasta Freeport y luego el bus 88 por cinco estaciones. 

Fire Island: this is Fire Island no son los Hamptons!

Con casi 5 kilómetros de longitud y con un ancho de los 160 a los 400 metros, Fire Island es una especie de paraíso fuera del mundo, donde los automóviles no están permitidos y donde se pueden encontrar cervatillos a la orden del día. Si bien, durante el invierno la población se reduce a menos de 500 personas, durante el verano se llena de miles de vacacionistas. Es seguramente un destino para la comunidad LGBTI, sobre todo Cherry Groove y Fire Island Pines, dos de las diecisiete “resort communities” de Fire Island, donde se encuentra la respectiva comunidad lesbiana y gay, pero no solamente ella.

El lema de Fire Island es: “Fire Island nunca ha cedido a las distinciones de clases y al ser comercial típico de los Hamptons.” Es el destino de artistas, actores y músicos, personajes caprichosos, “laid-back”, yippies… y también de gente a la que le gusta vivir la playa en libertad en la zona nudista de Fire Island.

Son muchas las actividades que se pueden hacer en Fire Island: surf, ciclismo, canotaje, baile, sólo por nombrar algunas pocas. Lleven suficiente efectivo, los cajeros no son muchos y a menudo sólo tienen billetes grandes.

Cómo llegar: la mejor solución (es más económica si se viaja en grupo) es la de alquilar un auto. De lo contrario, prepárense para cambiar diferentes medios de transporte: metro, tren, barco… Échenle un vistazo a las vías en el sitio de la MTA, Metropolitan Transportation Authority: http://web.mta.info/lirr/getaways/beach/cherrygrove.htm

Rockaway Beach

It's not hard, not far to reach
We can hitch a ride to Rockaway Beach
It's not hard, not far to reach
We can hitch a ride to Rockaway Beach

[No es difícil de llegar, no es lejana

Podemos darnos una vuelta hasta la playa de Rockaway]

¿Recuerdan la canción de los Ramones de 1977?

https://www.youtube.com/watch?v=6siGKxcKol0

Ahí está la canción de los padres del punk de Nueva York y fue inspirada por una de las playas más amadas por los neoyorquinos, Rockaway Beach. Seguramente es la “urban beach” más grande de la ciudad, que también fue una de las más golpeadas por el huracán Sandy en el 2012, pero que se levantó para no perder su popularidad. Es el lugar ideal para hacer surf y donde se pueden tomar clases “biginner” para quien es nuevo en el deporte. La “Local surf school” (http://www.localssurfschool.com), inaugurada en el 2012, es un punto de encuentro para todos los amantes del deporte. Conocida como la “Irish Riviera” por ser una zona de inmigración irlandesa, Rockaway Beach es punto de encuentro de los “hípsters”. Si quieren entrar en contacto con la cultura hípster, vayan a darse un paseo por el Rockaway Beach Surf Club, sobre la B 87th Street. Además de servir cocteles y tacos, hay numerosas iniciativas como exhibiciones artísticas y proyecciones de películas. Si en lugar de esto, quieren tomarse una cerveza helada en compañía de los residentes de Rockaway Beach, tomando distancia de los hípsters, entonces vayan a un “diver bar” como a Healy’s (B 108th Street). 

Cómo se llega: Subway A hasta Beach 67 St.

En el Bronx

Orchard Beach es la única playa pública del Bronx. Creada en 1830, esta playa que tiene más o menos 2 kilómetros de largo, es considerada la Riviera de Nueva York. No se encuentra lejana de Manhattan, pero no se puede ir fácilmente si no se tiene auto. Los servicios que ofrece están entre los más variados: área para barbacoa, campo de voleibol, de baloncesto, de balonmano, dos áreas de juego para niños, snack bar con cocina cubana e italiana, un bello paseo con vista al mar.  

El agua no es tan profunda como en las playas del océano, y puede estar muy llena de niños y adultos… con seguridad Orchard Beach no es la más silenciosa.

Cómo se llega: Subway 2 hasta Pelham Pkwy, luego el bus B12 por 12 paradas hasta Orchard Beach.



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