Nueva York es una de las capitales del mundo y es por eso que sin importar cuantas veces uno la visite, se quedará con atracciones y locaciones por ver. Aún así, una de las primeras situaciones que quiere vivir un turista al pisar Manhattan es cruzar por el puente de Brooklyn. Esta famosa arquitectura que se ha visto en tantas películas es uno de los símbolos inclaudicables de la región. Así como la Estatua de la Libertad, el Empire State Building o el Central Park, el puente es una forma de sentirse identificado para con la ciudad. Para comprender un poco mejor su importancia, es momento de analizar la historicidad que rodea a la estructura. Sólo así entenderemos su verdadera función cultural.
Historia del Puente de Brooklyn
El puente fue inaugurado en 1883. Hasta ese momento, el ferry era la única manera de cruzar el río que dividía a Nueva York de Brooklyn. Asimismo, en temporadas invernales, cuando el agua se congelaba, era muy difícil establecer una comunicación entre ambas ciudades. Es por eso, que luego de años de planificación y años de obra, se logró concretar la construcción del puente. Durante 20 años se estableció como el puente más largo del mundo. La idiosincrasia de su economía fue cambiante. Inicialmente se debía pagar para poder cruzarlo a pie. Su precio aumentaba si uno se manejaba en carruaje o a caballo. Estos precios se iban modificando de acuerdo a la tecnología o al momento económico del país, hasta que se determinó su gratuidad. Un triunfo rotundo para promover el movimiento de turistas.
En la actualidad, cruzar el puente caminando es una actividad que recomendamos férreamente. Es un trecho de casi 2 kilómetros, distancia que favorece democráticamente y sin discriminar, a cualquier público. No tardas mucho, se disfruta y lo puede llevar a cabo cualquier persona. Mientras te encuentres arriba del mismo, podrás disfrutar un avistaje a toda la bahía de ambos distritos, y por debajo te encontrarás con el Fulton Ferry State Park; una locación tradicional donde podrás observar panorámicas imperdibles. Si deseas encontrar una aventura diferente, puedes ver aquí información de un Tour en puente de Brooklyn.
El Puente de Brooklyn en el Cine
El romanticismo que se respira en su estética fue aprovechado por muchos proyectos cinematográficos para agregarle un cierto sentido a las películas, sumándole un poder cultural extra a la figura del puente. Esto se fue trasladando al cine contemporáneo, llegando a series u otros éxitos de taquilla. La filmografía de Woody Allen retoma a Nueva York constantemente como actor principal de la historia que se cuenta. En la película de ‘Manhattan’, el puente de Brooklyn cobra un rol protagónico para unir a la pareja que protagoniza la cinta. En otros clásicos del cine moderno la ciudad entera cumple un papel contextual y coyuntural de suma importancia. “Fiebre de sábado por la noche” es otro gran ejemplo. Hasta el terror ha ocupado un sentido arquitectónico dentro de determinadas cinematografías. En Cloverfield de Matt Reeves, se desarrolla una escena vital para la historia contada, cuando miles de personas escapan del monstruo que acecha desde un costado del camino. Algo muy parecido sucede en Godzilla, cuando el fenómeno persigue un auto que se proponía cruzar el puente y es destruído por completo.
Podemos seguir por horas hablando de la vital importancia del puente para la unificación de la región, desde lo funcional hasta lo cultural, desde Godzilla hasta el beso en The Amazing Spider-Man 2, cuando Andrew Garfield y Emma Stone confirman lo que todos suponíamos.
Queda claro que el puente de Brooklyn seguirá contando historias y leyendas, ficcionales o no, por el tiempo que se mantenga en pie.
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